jueves, 17 de junio de 2010

El "secreto" de la adopción


Mis hijos son adoptados, lo digo con alegría, estoy muy orgullosa de nosotros por haber tomado esa decisión que fue madurando en nuestros corazones y que sigue ahí intacta. Ellos nos eligieron como padres. Los parimos con el alma, el cuerpo, el corazón y la mente. No fue un camino fácil, tampoco imposible. Pasamos escollos que volveríamos a atravesar mil y una veces. La adopción de nuestros hijos nos fortaleció, nos unió, nos dio vida y nos enseña mil cosas día a día.
Inicialmente era un tema de todos los días y nuestro entorno (familia, vecinos, conocidos, etc) lo conocía a la perfección y creo que hasta llegamos a aburrirlos. Pero llega el día en que uno se muda, cambian los vecinos, los niños comienzan la escuela y uno no les “informa” sobre el origen de nuestros niños a todos, la familia ya lo sabe, sólo hay que contarles a los niños que nacieron después de los nuestros…. He aquí que en alguna charla en cualquier contexto alguien se entera de la verdad del origen de mis hijos y esto genera en algunos un sentimiento que es difícil de describir. Creo que se asombran y junto con esto creen que uno los ha elegido para revelarles una confidencia a ellos:“me está contando un secreto, le voy a contar uno mío” y de la nada se lanzan a relatarme sus vidas, infidencias o lo que sea. De ésta forma me he enterado de infidelidades, problemas de parejas, historias de vida impensadas. Es muy loco. Me encuentro pensando ¿Por qué me contó a mí que su marido tiene una amante, o que se separó porque su pareja era bipolar, una persona que apenas conozco?. Yo los escucho y juego su juego, me parece que no es el momento ni el lugar para decirles que no hago tráfico de información o que no necesito nada a cambio. Que lo nuestro no es un secreto, es una elección de familia, un deseo de maternar y paternar, madurada, decidida y escogida día a día.