sábado, 24 de septiembre de 2011

no tuve un pasado de piratas..


Con frecuencia escucho que a alguien le entraron en la casa y le robaron joyas, dólares, plasmas, electrodomésticos de última generación. Estos últimos fáciles de reponer, porque con planes a largo plazo hasta un elefante puede ser adquirido.

Esto me llama a una reflexión: mucho dinero no tengo, siempre ando “bolsilleando”, viendo si me han sobrado algún billete de dos pesos o alguna moneda, para la compra de último momento.

Lo que me despertó curiosidad fue el tema joyas, casi siempre recuerdos de familia ¿Qué joyas tengo yo? ¿Que me podrían llevar? Desde que soy madre ando en jean, zapatillas, buzos, y cuando salgo me pongo algo de fantasía, pero tengo tres “cofres” que pocas veces abro y decidí entrar en mi mundo de “señora rica”. Bajé las tres “cajas de caudales” preciosos (uno no tanto, es una caja de lata de bombones, que me costó abrirla por sus bordes oxidados y ahí encontré mi pasado y mi presente pobre: baratijas, puras piedritas sin valor absoluto en el mercado de valores, ni siquiera tengo algo de bronce, cobre, o metal seudo precioso. Hay restos de aros de fantasía, relojes sin marca reconocida que no funcionan, mucha cadenita enredada que si intento desarmarla traigo con ella cientos de cadenitas más, entre negras (ex plata) y dorado descolorido.

Creo que las dejaré en la puerta de casa (del lado de afuera) para que los ladrones no se tomen la molestia de romperme la puerta (que seguramente es más cara).

Entonces pensé: ¿Nadie alguna vez me regaló una joya?, lo que sucede es que la joya soy yo y pan con pan comida de zonzo…

Y si… tengo que levantarme la autoestima!!! jajaja