jueves, 10 de marzo de 2011

Cosas extrañas que me pasan a mí




Andrea C. no termina de creer si agrando las cosas o me pasan.
Patricia M. fue testigo de uno de los sucesos. No son ovnis, ni extraterrestres, son acontecimientos aislados pero me tienen a mí como parte de un protagónico caricaturesco.
Como aquella vez que ésta última pudo ver como una mujer lavaba la vereda de su casa a las 20 hs desde la terraza y directamente tiraba agua de la manguera sobre mi auto (noche de invierno) y nos tuvimos que subir a él corriendo como si estuviera lloviendo…
Son sucesos que si bien no me pasan todos los días podría decir que al menos una vez a la semana. Y ya son parte de mi anecdotario para reuniones y eventos.
Hoy hacían 35º y no tuve mejor idea que acomodar el ropero de la pequeña de la casa, decidí no hacerme trampa y puse toda la ropa en el piso y fui acomodando según el criterio que sus juguetes entre mis piernas y sus pedidos de dibujitos y juegos me lo iban permitiendo.
Suena el timbre, me asomo y era un hombre con una pila de revistas en sus manos que se tambaleaba por una cojera. Me dice que me viene a entregar “la revista”, la tomo y me doy cuenta que no sabía de que se trataba, se la devuelvo y me dice que es para mí. Le informo que estaba equivocado, que yo no recibía esa revista, entonces me dice que elija entre una pila que llevaba entre sus manos, cuando miro, todas eran distintas y tenían noticias muy antiguas. Le digo que no comprendo, mientras mis otros hijos se iban acercando a la puerta y de nuevo la chiquita estaba entre mis piernas. Me dice que es discapacitado y que trabaja de eso. Le digo que me espere, busco un billete de $2 y se lo doy. Me mira extrañado, me dice que no recibe dinero, que solamente reparte revistas. Miro la que me había tocado en suerte y era del año 2007, se la devuelvo y le digo que no lo comprendo. Me dice que él me pide revistas de cualquier tipo usadas que ya no lea, para repartir. Subo a mi habitación y empiezo a buscar alguna que se ha ido olvidando Andrea C. en sus visitas. Cuando bajo, espío por la mirilla y no estaba, abro la puerta y había desaparecido como si se lo hubiera tragado la tierra… me quedé mirando el contenedor de residuos lista para ir hacia él a llevar lo que tenía entre mis manos y siento un chistido. De atrás del árbol de la vereda de enfrente sale éste hombre y corre hacia mi casa esquivando los autos con su renguera y pensé que lo iban a atropellar…Toma las revistas, me agradece y cruza con el mismo sistema hacia la puerta de la vecina de enfrente que me miraba atónita sin entender nada.
Estas cosas me pasan a mí: ahora tengo una revista del año 2007 y $2 menos.


P.D: Andrea C. y Patricia M. son personas reales y sabrán que escribí éste post. No las nombro porque sé de su timidez para éstas cosas




1 comentario:

Gabriela dijo...

Me identifico, también atraigo personajes extraños, como el payaso de semáforo que me dijo: Dios te ama...(vio mi escote, que no era tan pronunciado) y yo también.