Cocoon me enseña todos los martes y jueves

Ya hace tiempo conté que inicié gim en el agua con un grupo de “abuelos” geniales. Desde hace un tiempito no soy la más joven, se han integrado dos personas más de menor edad a la mía, pero la verdad es que yo disfruto con los viejos. Aprendo, de sus ganas, sus energías, su fuerza de vida, su historia. Cada clase, es un mundo, hoy charlo con ésta, mañana con aquella, todas (como 20) se toman el tiempo de saludarse cada clase y comentar entre abdominales y trote, cosas de sus vidas. Varias son maestras jubiladas (de las de antes) y me han enseñado técnicas de enseñanza para mis hijos, todo mientras transpiramos, nos reímos y disfrutamos….hoy estuve al lado de una genio total a la cual apodan “la Jefa” es enorme y está felíz porque ha bajado 15,400 kg en unos meses, llega con bastones y mucha dificultad (fuera del agua puede dar algunos pasos y siempre hay otra señora más mayor que ella la que la ayuda a salir del agua y cambiarse, tiene mil problemas de salud, pero en el agua se libera de sus bastones, sus pesares y es propensa a contar historias). Hoy me relata la de M. una mujer de 85 años que está frente a mí y que no deja de hacer ejercicios, llega puntual siempre y de riguroso azul en malla, gorro y ojotas. Se lanza al agua cual gacela y da gusto verla. Motiva al grupo, "porque si M. no se cansa, uno que es menor no puede parar"!!!! Su espalda es puro músculo y aunque es muy pequeña y su cara parece un pergamino, tiene la fortaleza de un roble. No se pierde ninguna reunión ni fiesta organizada por el grupo (salen siempre y se encuentran todos los fines de semana con diversas excusas). Hoy la Jefa me cuenta que M. crió 6 hijos y trabajó toda la vida, que su espalda y brazos musculosos son de amasar para toda la familia (aún lo hace). M no sabe leer ni escribir. La Jefa se ofreció a enseñarle, pero ella le dijo que “ya es tarde, ya no lo necesito”. La Jefa, ha enseñado en el vestuario durante años a V. (que tiene una discapacidad mental y cuya familia subestimó sus progresos) y en esos pequeños tiempos con un cuaderno y un lápiz le enseñó las letras y los números. V le dijo: “yo soy lenta, necesito más tiempo, pero mi familia toda la vida me trató como infradotada”.
V. llegó con dificultades motrices, mucha timidez y un rótulo en la frente de “hasta aquí llegó”. La jefa le enseñó a leer y a escribir, la hizo reír, hablar hasta por los codos (a veces hay que hacerla callar), la llevaron a fiestas de la parroquia local y empezó a tener vida social y hasta bailar…..
Esa agua (con mucho cloro para mi gusto) me deja una enseñanza de vida cada martes y jueves de 9 a 10 hs.

P.D: la piscina de la foto no es la que yo voy...pero no me molestaría estar ahí!!! jajaj