miércoles, 8 de diciembre de 2010

y los mellizos, se divorciaron...


Tienen casi 10 años. Era hora que alguno de los dos pidiera independencia, sobre todo cuando son de distinto sexo y el varón sólo quiere fútbol y ella bailar, pintarse y escuchar música. Ambos se hacen el aguante y cual matrimonio de 50 años de casados, se conocen hasta con las miradas y los padres quedamos siempre afuera. Ella accede a jugar al fútbol y a la play y él a las muñecas y a la casita...pero crecieron

Él me dijo hace tiempo: quiero una habitación para mí solo. Ella lo miró como si pidiera un viaje a la luna.

Yo entre gallos y medianoche, tome impulso, y me hice la mudanza. Aprovechando que ellos no estaban transformé la habitación de juegos (en la que nunca juegan y depositan juguetes que ya no usan) en un dormitorio varonil. Esto implicó la tediosa tarea de seleccionar juguetes, trasladar placares, mover muebles y encontrar tierra como para sembrar soja y varios objetos perdidos hace años.
De la nada se "hizo un dormitorio varonil", él llegó y le advertí: "todavía no está terminada, faltan sacar cosas y poner otras". Él me contestó: "me gusta exactamente así como está" y su sonrisa me iluminó el alma de madre.
Ella, se entristeció, y sin muchas vueltas me dijo: "Yo estoy con mi hermano desde la panza, tenemos las camas pegadas, me doy vuelta y sé que él está ahí, lo toco, me siento acompañada. Cuando dijeron de mudar su dormitorio, yo pensé que era para más adelante, que me iba a ir haciendo a la idea, pero ahora de repente él no está, no voy a poder dormir sin él y me siento sóla"
Se me estrujó el alma, hubiera vuelto todo atrás, pero me apichoné junto a ella y le dije: "Mi amor, es duro crecer, éste va a ser tú espacio, vamos a transformar éste dormitorio en uno bien de nena, con un escritorio sólo para vos, con un espejo para que te veas cuando te cambias y cajitas con cosas sólo tuyas"....
Todavía anda cabizbaja y empezando a resignarse, aunque ya tiene su escritorio, mira el dormitorio de su hermano extrañando otras épocas...en la que todavía era una bebé...
Pucha que es duro crecer!!!
La foto es de cuando dormían la siesta en mi cama cuando eran chiquitos, siempre en contacto físico

1 comentario:

Martha Ferrari dijo...

Los que compartimos esta historia sabemos que este "divorcio" no es real y tiene mucho de crecimiento. Los padres sabemos que un día cualquiera nuestros hijos se despiertan con una inquietud o una pregunta que los revela autónomos de pensamiento y allí comienza el despegue. Lo mejor es acompañar a los pichones en sus primeros revoloteos. Es cierto, crecer duele y tanto para ellos como para los padres, una inevitable y maravillosa experiencia.