sábado, 3 de septiembre de 2011

Que tiene que ver los chanchos con los aviones


Hoy voy a un conocido comercio de venta de ropa deportiva. Le pido a la empleada que me muestre un jogging azul para la escuela, cuando me dice el precio (exagerado) le comento que yo buscaba algo más económico porque estoy en la etapa en que mi niña está dejando los pañales y es una puesta, una lavada y en el medio crece y le queda chico. La empleada me pregunta la edad de la nena y comento tres años… el tema no fue darle la edad de mi hija, sinó dejar la puerta abierta para que ella me diera sus consejos como “maestra jardinera” (ese fue el título que ella me restregó durante toda la conversación), la cual se basó en la culpabilidad mía por retrasarle la maduración y no obligarla a dejar los pañales. Yo, ya madre de 3 niños (que dejaron los pañales últimos en su sala de jardín) y ya sin culpas y más relajada, intenté explicarle que la maduración no es algo que se impone, es un proceso fisiológico entre el esfínter y el cerebro, que madura distinto en cada niño y que ella estaba en el período “normal” de aprendizaje y de autoconocimiento de sus necesidades y de mis límites (a las madres no nos gusta tener la casa llena de charcos y el trapo con lavandina continuamente en la mano, etc)

Además esa criatura (la empleada, no era madre, tendría unos veintitrés años y detrás del mostrador de una casa deportiva intentaba transmitirme su saber aprendido de memoria de unos apuntes mal resumidos).

Lo siguiente en su explicación fue que yo le daba a mi hija una información distorsionada y ambigua. Con mi santa paciencia antes de decirle lee y enfrentate al mundo real. Le dije que la vida es contradictoria y eso también se le enseña a un niño. Por ejemplo le decimos que no toque el teléfono pero cuando llama la abuela, el padre o quién sea, le decimos:”tomá el teléfono y hablále”. Que ella iba a encontrar el momento para dejarlos, cuando se sintiera segura, que yo le doy los medios y las explicaciones pero en definitiva la decisión era de ella. Esto pareció irritarla más aún y me dice: con ese criterio ¡la vas a dejar consumir drogas!....mientras yo pensaba en la relación entre el pañal y las drogas, le respondía: no, dejarla no, le daré las explicaciones del caso, le enseñaré, la educaré, esto no se relaciona con drogas, pero si ella tiene treinta años y quiere probar y consumir, yo ya no tengo ingerencia, ni ella edad para recibir las indicaciones de la madre.

Ella volvió a repetirme que era “maestra jardinera” y me lo decía desde SU SABER.

Eso me pasa por dar espacio a quienes no me interesa su parecer.

Quienes quieran leer y nutrirse, les sugiero los artículos de Laura Gutman: http://www.lauragutman.com.ar/articulos.html : Esfínteres, control y autoritarismo.

Sinó están de acuerdo les doy el dato de LA MAESTRA JARDINERA para que les explique como alejar a sus niños de las drogas sacándoles los pañales al año y medio…


P.D1: éste post está dedicado a Carolina que me abrió la cabeza para encontrar mi propia sombra y a Diana que sé que prepara maestras jardineras como la gente y no como la del negocio!!!


P.D2:la imagen es tomada prestada de:http://ecofield.com.ar/blog/?p=3026

1 comentario:

Caro -Vainilla - RUBIAAAAAAA dijo...

que linda ella.... no le preguntaste por qué si sabe tanto y es manestra jardinera está vendiendo buzos carísimos atrás de un mostrador? digo...
y aguanten los pañales!!!!